En Montevideo coexisten varios sistemas formales de recolección de residuos urbanos, siendo el principal el Sistema Colectivo de la Intendencia, que cuenta con 13 mil contenedores de color verde en toda la ciudad, los cuales sufren daños casi a diario. La recolección se realiza con camiones de la Intendencia y de otras empresas privadas contratadas, que trabajan las 24 horas para vaciar los contenedores. Pero esta basura termina en un mismo lugar: el relleno sanitario de Felipe Cardoso.
Pero lamentablemente su colapso ya está pronosticado para el año que viene, lo que genera alarma en las autoridades. Con este panorama, se impone la clasificación y el reciclaje. El nuevo Ministerio de Ambiente trabaja en el diseño de una gestión de residuos bajo un modelo de economía circular.
El ministro Adrián Peña dijo: “este cambio cultural requiere el involucramiento de toda la sociedad, diseñando las soluciones no solo desde la mirada del residuo una vez que se generó, sino desde su origen; y cerrar el círculo para que los materiales puedan ser nuevamente valorizados”.
Los uruguayos, en su gran mayoría, no sabemos realmente lo que significa reciclar, ni el impacto positivo que esta práctica generaría. La comunicación y la educación ambiental han estado ausentes en las políticas de estado y las estrategias educativas orientadas a la gestión ambiental y al reciclaje han sido escasas. Pero ya es hora de dejar de mirar para el costado y lograr el compromiso del ciudadano, del individuo, de cada uno de nosotros, en nuestras casas y en nuestros ámbitos laborales, educativos y de esparcimiento.