En 2013 el Poder Ejecutivo reglamentó un decreto para la protección del medioambiente (52/013); el articulado reguló el tratamiento de “los residuos derivados del uso de productos químicos, biológicos y otros bienes en la actividad agropecuaria, hortofrutícola y forestal”. Estos residuos son envases de productos químicos o biológicos, por ejemplo, fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas, entre otros.
Para el correcto manejo de estos envases, el artículo 2 del decreto estableció que los fabricantes, formuladores o importadores deben estar inscritos en la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), en coordinación con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). La finalidad del articulado es que los residuos no afecten el medioambiente y, entre otras cosas, establece sanciones. Para las empresas que incumplan con esta ley se fijaron multas para infracciones consideradas leves y que impliquen únicamente incumplimientos administrativos, que van desde 50 a 1.000 unidades reajustables (UR, entre 64.550 pesos y 1.291.000 pesos a 2021); para las infracciones consideradas leves, pero cuyas consecuencias “van más allá de un mero incumplimiento administrativo”, la multa es de entre 100 y 5.000 UR (129.100 y 6.455.000 pesos); para las infracciones consideradas graves, la sanción puede ser de entre 200 UR (258.200 pesos) y 7.000 UR (9.037.000 pesos).
Como son varias las empresas que producen o importan productos químicos, el mismo año que se reglamentó la ley la Asociación Civil Campo Limpio inició sus actividades en Uruguay con el objetivo de gestionar los envases de agroquímicos y fertilizantes. Siete años después, Campo Limpio tiene 85 socios y logró recolectar 1.519 toneladas de desechos, 20% más que en 2019. Aldo Invernizzi, gerente de Campo Limpio, dijo a Tiempo Agrario que el año pasado la recuperación de envases empezó de manera “rara”, producto de la pandemia generada por la covid-19, pero después, como la actividad agropecuaria no se vio tan afectada por la emergencia sanitaria, los niveles de recuperación fueron altos. “En la operativa de los centros de acopio casi que no notamos ningún cambio”, dijo Invernizzi al programa radial. Además, comentó que entre 2013 y 2018 crecieron tanto en cantidad de centros de acopio (en la actualidad hay 17 en todo el país) como en la recuperación de materiales. De manera ilustrativa, dijo que cada bidón de 20 litros recuperado pesa un kilo, por lo que, en total, se gestionó el equivalente a un millón y medio de bidones, aunque aclaró que no es el único tipo de envase que recuperan; otros son la plastillera, las bolsas de los silos, cajas de cartón y todos los envases que contengan agroquímicos o fertilizantes.