Es urgente buscar alternativas al uso de mascarillas y guantes desechables. El llamamiento proviene de un equipo de científicos de la Universidad de Aveiro (UA) en Portugal, que en los últimos meses estudiado el aumento de residuos y el retroceso generalizado en la gestión sostenible de los residuos plásticos, dos enormes efectos secundarios derivados de la lucha contra la pandemia.
En un primero momento, el confinamiento que se extendió por buena parte del planeta trajo consecuencias positivas -lamentablemente efímeras- para el medio ambiente. De inmediato, las redes sociales se llenaron de postales: los canales de Venecia con aguas cristalinas, ciudades eternamente sumidas en smog, luciendo cielos despejados, animales silvestres atreviéndose a pisar zonas urbanas.
Pronto, sin embargo, quedó en evidencia que el medio ambiente sufriría. La cantidad de plásticos no reutilizables, entre máscaras, guantes y otros materiales protectores, que debían emplearse en la protección diaria para prevenir el contagio por el coronavirus, aumentó exponencialmente a medida que aumentaba el número de casos. Y muchos de estos materiales ya están esparcidos por el medio ambiente.