“Mis hijos fueron a ver, vinieron y me dijeron ‘mamá, es mugre’. Yo no dejo que se bañen ahí. Ni siquiera que se acerquen a mojarse los pies”, contó al matutino Mary Teliz, una usuaria de esa playa.
Las culpas se reparten. Unos achacan a la Intendencia de Montevideo, al tiempo que otros destacan sus servicios. Pero existió una opinión unánime entre los consultados por el periódico respecto a uno de los meollos del problema: la escasez de papeleras que hay en los kilómetros de arena capitalina.
“La falta de papeleras es una contra que tiene todo Montevideo”, expresó Ana Wolcan, que se encontraba en la playa de Pocitos. “A veces caminás cuadras y cuadras para tirar un papel o una botellita. Algunos se cansan y tiran los residuos en cualquier parte”, añadió.
El director de la unidad de Playas de la Intendencia, Daniel Picún, dijo a El Observador que en las costas de la capital hay 110 papeleras, sin contar las aproximadamente 200 que hay en la vereda de la rambla, desde la escollera Sarandí hasta el Arrollo Carrasco.
Muchos apuntan también a la falta de educación de los uruguayos a la hora de proteger el medio ambiente. “La playa es una representación de lo que es la ciudad”, opinó Teliz. “Los uruguayos somos sucios”. José Pedro Álvarez, usuario de la playa Ramírez, está de acuerdo con su vecina. “He visto tirar muchas botellas. No es sólo problema de la Intendencia sino de la gente que no sabe cuidar. Te das cuenta en seguida de que nadie se preocupa por llevar la basura a la papelera. Hacen un agujerito en la arena y la entierran en vez de caminar un poco o traerse una bolsa para sus residuos”, puntualizó.
“¿Ves eso que está ahí? Eso lo tiró una nena que se acercó a la orilla”, señaló Marta Correa, mientras señalaba un trozo de sandía clavado en la arena de Pocitos. “Vos podés poner la cantidad de papeleras que quieras, pero no vas a cambiar mucho”, sostuvo Teliz.