ANDRÉS LÓPEZ REILLY
En los últimos 10 años de gestión, en Montevideo no disminuyeron las dificultades que genera la basura. Además de los problemas cotidianos, asoma uno mayor: al fin del próximo gobierno el vertedero municipal habrá colmado su capacidad.
En muy poco tiempo, el vertedero de Felipe Cardoso estará recibiendo el doble de basura de la que le ingresaba durante la crisis de 2002.
Esta semana, la presidenta de Adeom, Elena Lequio, informó que recogen 800 toneladas más de residuos cada día en Montevideo, porque hay cerca de 3.000 contenedores nuevos (en total hay 10.000 de estos depósitos de basura).
«Levantan 3.000 toneladas de basura cada día, pero quedan 700 toneladas en los contenedores porque no tenemos choferes», disparó Lequio, una aseveración que fue catalogada de «mentirosa» por la IMM tan solo 24 horas después.
Lo cierto es que en 2008 llegaban hasta el principal vertedero del país 550 camiones. O dicho de otra manera, recibían 2.000 toneladas de basura. Durante la crisis de 2002, eran 1.600 las toneladas que arrojaban por día en este lugar. Y la cifra no paró de crecer, producto de la recuperación económica y el aumento del consumo.
Se la conoce popularmente como Usina N°5 de disposición final de residuos y está ubicada en Felipe Cardoso y Camino Carrasco. Pero la Usina N° 5 colapsó hace años, al igual que la N° 6 y la N° 7. Hoy, los residuos que desecha el 85% de los habitantes del área metropolitana, son arrojados en la Usina N° 8, que no es otra cosa que un predio al descubierto, contiguo a los anteriores.
En noviembre del año pasado, la intendenta Ana Olivera inauguró la planta de tratamiento de lixiviados (líquidos emanados de la basura) que demandó una inversión de $ 73 millones (unos US$ 3,5:).
En ese momento, el director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia, Juan Canessa, señaló que con las obras que han realizado últimamente en Felipe Cardoso, la ciudad tiene asegurada la disposición final de sus residuos «por los próximos 7 u 8 años». Pero podrían ser algunos menos, porque la producción de basura no ha parado de crecer desde 2002.
Hace muchos años que quedó por el camino un proyecto de vertedero «metropolitano» que iban a emplazar en Canelones, en la zona de Cañada Grande. Allí pretendían arrojar los residuos de los departamentos de Montevideo, Canelones, San José y Florida, pero no alcanzaron un acuerdo.
En febrero, de 2012, un grupo de intendentes viajó a Italia para conocer la oferta del grupo inversor «A2A», que propuso generar un nuevo vertedero «nacional» de residuos en el que pudiera generarse energía.
La inversión era de US$ 500 millones. La firma tenía sus credenciales: opera un termovalorizador (quemador de basura) que procesa 2.500 toneladas de residuos por día y genera calefacción y electricidad para toda la ciudad de Brescia, italia.
Sin embargo, la propuesta estaba condicionada a la compra de energía por parte de UTE, por lo cual era necesario sopesar costos con otros proveedores. El nexo en Uruguay con esta firma era el exdirector de Limpieza de la IMM Fernando Nopitsch -quien viajó junto a los intendentes a Italia- hecho que derivó en cuestionamientos de la oposición.
Previamente, la empresa Sanitas Partners, un grupo de capitales norteamericanos, argentinos y uruguayos, había propuesto la construcción y operación de una estación de transferencia de residuos sólidos urbanos y un sitio de disposición final que estaría ubicado en Durazno. En diciembre de 2011, el Congreso de Intendentes, en la reunión que se denominó «Anchorena II», consideró la propuesta, al punto que redactaron cartas de adhesión de varios jerarcas municipales a favor de la iniciativa. Pero los intendentes le dieron la espalda.
Desde entonces, no existen alternativas tangibles para sustituir el viejo vertedero de Montevideo, que se llena cada día más.
Además, los trabajadores de la cantera dijeron esta semana a El País que hay serios problemas con la caminería dentro del predio de disposición final de residuos.
«Se han formado colas muy grandes, de varias cuadras, diría que de un kilómetro. La cola de camiones ha llegado hasta la calle Cochabamba cuando llueve, al no haber mantenimiento de la caminería», indicaron los funcionarios.
Más contenedores.
Desde hace varias semanas, Adeom viene reclamándole a la intendenta Ana Olivera más personal para poder levantar de forma apropiada la basura, en vistas de que en un corto período han incorporado unos 3.000 contenedores nuevos.
En la historia de los contenedores de residuos pasaron mucha cosas, como la incorporación de los de color naranja para basura reciclable, otra experiencia que fracasó.
Hay muchas cosas que siguen mal. En 2008, los atentados a los contenedores parecían imparables: Bomberos recibió 400 denuncias por mes y la IMM gastó US$ 1.200.000 para poder repararlos.
Unos 4.000 depósitos de basura (de un total de 6.500) fueron objeto de vandalismo durante ese año negro.
Actualmente se incendian diez por día. Y a la vista está que el estado general de los contenedores es malo.
Según informó el director de Limpieza de IMM, Andrés Martirena cuando tomó su cargo (2010), el 70% de los contenedores de basura estaba en mal estado cuando asumió la administración de Ana Olivera.
«Un lavacontenedor que la IMM compró por US$ 270.000 se está usando de masetero»
El secretario general de Adeom, Aníbal Varela, dijo recientemente que la intendencia tiene 20 camiones nuevos funcionando, (en algunos casos con garantía) y otros 20 desde el año 2003 «a los que no les hace nada de mantenimiento». «Nos prometieron hace un año y medio que iba a haber una recuperación de camiones, pero no la hemos tenido», se quejó el dirigente.
Según los trabajadores de Limpieza, «en el mejor de los casos» las tareas de levante de contenedores se hacen con 24 camiones.
Los funcionarios señalaron que de los seis lavacontenedores que compró la IMM el año pasado, uno de ellos está siendo usado de «macetero», porque «no sale a trabajar» y «le están tirando plantas arriba».
«Es un macetero de lujo que vale US$ 270.000», dijo el representante sindical del Cantón Buceo de la IMM, Juan Agüero.
El trabajador le informó hace dos semanas a la intendenta Olivera que en el horario de la noche, cuando recogen el 40% de la basura de la capital, «hay un solo mecánico para atender toda la flota». Sobre esto, dijo que «el 95% de las roturas son eléctricas».
«Hay zonas como Malvín, Carrasco, Punta Gorda, Buceo, parte del oeste de la ciudad, que producen 40% de los residuos de Montevideo. Hacemos 23 servicios de frecuencia los lunes, miércoles y viernes. Hay otros 23 servicios que salen martes, jueves y domingos», explicó Agüero.
«El total de camiones afectados a la recolección son 35 o 40, de los cuales, a gatas, hay 23 o 24 operativos. El día que andamos mejor, tenemos 25», aseguró el trabajador.
Además de los levantacontenedores hay otros vehículos afectados. Un relevamiento de camiones realizado a mediados de 2013 por delegados de seguridad laboral de la Usina 3, el capataz de flota, un mecánico, un gomero y un delegado del Comité de Base, detectó que de las 61 unidades, 22 estaban rotas o «a reparar».
En los 39 camiones restantes hallaron anomalías varias. Por ejemplo, la unidad 1895 tenía el espolón roto, las luces laterales no le funcionaban, le faltaba el bomberito y las luces de marcha atrás estaban quemadas.