Con la inauguración de la cuarta planta de reciclaje de envases, ubicada en camino Durán y Antonio Taddei, 128 trabajadores pasaron de las inmediaciones de los contenedores a clasificar residuos bajo un techo de manera formal. Estos se suman a más de 200 exclasificadores que, según cifras de la Intendencia de Montevideo (IMM), han abandonado la actividad para sumarse a distintos programas de inserción laboral.
Karina Kokar, coordinadora de Basta de Tas, organización que busca erradicar la tracción a sangre en Uruguay, dijo a El Observador que al menos 50 trabajadores que ingresaron a las plantas poseen carro con caballo. En este sentido, sostuvo que la IMM debió haber retirado una buena parte de las unidades que circulan por el Centro.
El grupo de trabajadores de la planta Durán y de la de Burgues y Aparicio Saravia se conformó con exclasificadores y cooperativas del Municipio B, donde ahora existe una zona de exclusión por el nuevo sistema de 1.500 contenedores herméticos. Ciudad Vieja ha sido siempre considerada indispensable por la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (Ucrus) por la acumulación de material de oficina.
“No han podido retirarles el caballo. La IMM no pudo cerrar las compraventa y decidió dejárselos”, criticó Kokar. La activista señaló que el acuerdo era que la comuna compraba los animales y se los entregaba a Basta de Tas para darlos. “Ya teníamos una lista de espera de interesados”, apuntó.
Ucrus ha informado que un caballo para la recolección de residuos puede valer entre $ 2.000 y $ 30.000 si incluye el carro, y que se llegó a hablar de un pago de $ 5.000 por caballo.
La directora de Desarrollo Social, María Sara Ribero, rechazó que la compra del caballo se haya acordado de manera formal con las organizaciones, pero reconoció que existió una “dificultad técnica” para cumplir con la compra. “No nos íbamos a hacer cargo de ningún caballo. Lo que hablamos fue la posibilidad de que en la medida en que se fueran incorporando (los clasificadores) a las plantas, pudiéramos comprarles los carros y caballos. Pero son bienes de otras personas. Puedo comprar lo que alguien me quiere vender; no puedo obligar a nadie a que me venda”, dijo a El Observador. No obstante, la jerarca agregó que se “trabaja” para que ocurra esa transferencia.
Un relevamiento de la IMM determinó que 3.188 personas recolectan y clasifican residuos como forma de vida y que casi 2.000 recorren la ciudad en distintos tipos de carros. De estos, 738 lo hacen cinchando de las riendas de un caballo. El objetivo de la intendenta Ana Olivera es sacarlos de la calle para julio de 2015.