Cuatro representantes de la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (Ucrus) permanecen desde esta mañana encadenados en la explanada de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) como protesta ante las medidas propuestas por la comuna para regular la recolección de residuos.
Tras pasar la noche en las afueras del edificio municipal, donde no les fue permitido armar una carpa ni ubicarse bajo la galería, los clasificadores decidieron aumentar las medidas de protesta. Según dijo a El Observador la secretaria de Ucrus, Patricia Gutiérrez, se mantendrán encadenados por un lapso de tres días. Si en ese período no obtienen respuesta de la IMM, comenzarán una huelga de hambre.
«(Queremos) que nos dejen trabajar en donde están los contenedores herméticos. Sabemos que de adentro no podemos sacar la basura, pero sí la que está afuera. Limpiamos un poquito la ciudad y llevamos la materia prima para nuestras familias”, dijo la delegada de Ucrus. Si llegan a un acuerdo en ese punto están dispuestos a levantar la medida y continuar con las negociaciones.
El lunes por la tarde los clasificadores realizaron una marcha y se concentraron frente a la IMM en reclamo de mejorares condiciones de trabajo. En una proclama que leyó el presidente de Ucrus, Juan Carlos Silva, pedían “que cese la exclusión de circulación y trabajo de cualquier zona de Montevideo, que devuelvan los levantes de clientes, comerciantes, industrias, oficinas, mercados que la Intendencia entregó a empresarios con camiones, que se aseguren dos salarios mínimos a los trabajadores de planta, y que cese la política de represión, acoso e incautación de las herramientas de trabajo».