La Intendencia de Montevideo y la  Dirección General Impositiva (DGI) firmaron un acuerdo ayer para fiscalizar el  mercado de los residuos sólidos. El director de la DGI, Pablo Ferreri, anunció  el aumento del 5% al 8,5% del aporte sobre ventas netas a realizar por los  privados cuya actividad habitual consiste en la compra de elementos reciclables  que son levantados por los clasificadores de las calles de la ciudad.
 Los clasificadores son la cara  visible ante el montevideano de un negocio multimillonario del que ellos  únicamente reciben migajas. La Intendencia de Montevideo tiene contabilizadas  15 empresas que compran materiales para reciclar y que facturan unos US$ 150  millones al año.
 Según la legislación vigente, la DGI  está facultada a establecer procedimientos para la determinación de las rentas  en todos aquellos casos en que por la naturaleza de la explotación, por las  modalidades de organización o por otro motivo, las mismas no puedan  establecerse con exactitud.
 A partir de esta legislación, la DGI  había establecido en 2008 un «régimen opcional de determinación de la  renta neta gravada por el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas,  para los contribuyentes cuya actividad habitual consista en la compra de papel,  cartón, vidrio, plástico, metales y similares realizadas a hurgadores, para su  posterior reventa», que fijaba en un 5% del total de las ventas el aporte  que debían hacer por IRAE dichas empresas.






