Metales ferrosos
El acero, metal ferroso por excelencia, presenta características particulares que lo hacen muy utilizado en diversas áreas. Se trata de un material maleable, resistente, lustroso así como conductor de calor y electricidad.
Los minerales de hierro (elemento principal del acero) constituyen el cuarto elemento más común en la corteza terrestre. La abundancia de las materias primas para la fabricación de acero como los bajos costos de producción han llevado a su extendido uso a todo nivel.
1.1 Proceso de fabricación
El acero es principalmente una aleación de hierro y carbón. Contiene muy bajos porcentajes de manganeso, sílice, fósforo, azufre y oxígeno.
Se fabrica mediante la fundición de minerales de hierro en un horno para producir lingotes de hierro que son añadidos con hierro de rechazo (o proveniente de reciclaje) antes de someterse a purificación.
Existen dos técnicas principales para la fabricación de acero:
- Hornos a base de oxígeno: para producción de acero laminado.
- Hornos de arco eléctrico: utilizan un 100% de acero de descarte.
La propiedades mecánicas del acero, varían según sus componentes y el tratamiento al calor al que fue sometido.
Anteriormente, los hornos de oxígeno eran hornos abiertos pero hoy en día se realiza un proceso de oxigenación soplando oxígeno casi puro sobre la superficie de hierro fundido.
Existen distintos tipos de aceros:
- Acero blando: contiene menos de 0,15% de carbono
- Acero intermedio: contiene entre 0,15% y 0,3% de carbono
- Acero duro: contiene más de 0,3% de carbono
- Acero inoxidable: es un aleación de acero que contiene más de 8% de elementos de aleación como cromo, níquel y sílice.
- Acero galvanizado: acero recubierto de zinc para potegerlo de corrosión atmosférica.
- Acero para latas utilizado para almacenar alimentos: cuenta con una pequeña capa de estaño que lo hace resistente a los ataques de ácidos orgánicos y a la oxidación.