La recolección de basura abre otra pelea entre Macri y la Casa Rosada.
Los subtes . El traspaso de la policía a la órbita porteña. La seguridad y el control en las villas. Parte del dinero que administra el Banco Ciudad. El conflicto entre el gobierno nacional y la administración que encabeza Mauricio Macri lleva ya distintas y cruentas batallas en su haber, con el recambio presidencial de 2015 en el horizonte político lejano.
Desde Pro dan por descontado que en los próximos días se vivirá una renovada batalla, que tendrá como eje las 6000 toneladas de basura que viajan cada día desde la ciudad de Buenos Aires hasta rellenos sanitarios bonaerenses que pertenecen al Ceamse. Según fuentes del gobierno porteño, el sciolismo y el kirchnerismo, la Casa Rosada prepara para las próximas semanas la nueva andanada contra Pro. La sola alternativa de ver convertida a Buenos Aires en la calurosa Nápoles de fines de 2010, repleta de basura en las calles durante semanas, eriza la piel de los funcionarios macristas.
Hay varias alternativas en danza: la primera se refiere a un proyecto de ley -actualmente en etapa de redacción- que prohibiría el traslado de residuos de un distrito a otro del país, lo que en los hechos impediría al gobierno porteño continuar con una práctica establecida desde hace décadas.
La segunda opción- mucho menos probable, según las fuentes- sería a través de una resolución del gobierno de Daniel Scioli, o de la bancada kirchnerista bonaerense, en la que se prohibiría al Ceamse (del que la Ciudad tiene el control junto con la provincia y los municipios bonaerenses) recibir residuos provenientes de la ciudad.
El proyecto legislativo, que distintas fuentes atribuyen al kirchnerista Carlos Kunkel, aún no se presentó, pero sí aparecieron las quejas de los peronistas bonaerenses contra Macri, que sirven de sustento para el plan. El 1° de marzo, el mismo día que el gobernador Daniel Scioli pidió al gobierno porteño «cumplir con la ley de basura cero» que establece la reducción paulatina de la cantidad de basura que ingresa en la ciudad, el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, afirmó: «Con la Ciudad tenemos otro problema: la basura». Y se preguntó: «¿Imagínense si nosotros le decimos que no a la basura de la Ciudad?»
La crítica, relacionada en su momento con la negativa de Macri a aceptar el traspaso de los subtes sin recursos, fue el inicio de una movida de varios intendentes K, que habrían encontrado en Kunkel un interlocutor dispuesto a llevar a la práctica sus reclamos. «Lo que estamos haciendo es reglamentar un artículo de la Constitución que prohíbe el ingreso de basura a la provincia. Los bonaerenses no enviamos la basura a otro distrito», dijo Kunkel a LA NACION. No precisó si él mismo presentará el proyecto, o si lo hará su esposa, Cristina Fioramonti, titular del bloque kirchnerista en el Senado bonaerense.
El ministro de Ambiente porteño, Diego Santilli, ya advirtió a Macri y a sus pares del gabinete Pro sobre la «inviabilidad» de la propuesta oficialista.
«Si lo llevan adelante, a nosotros nos hacen colapsar en 24 horas, pero a algunos intendentes del conurbano se les viene la noche en dos días», afirmaron a LA NACION muy cerca del ministro macrista. Se referían a los centros de transferencia de residuos de la ciudad, a los que llegan desechos desde el conurbano bonaerense (Lomas de Zamora y Lanús, por dar sólo dos casos) y que terminan justamente en terrenos del Ceamse en San Miguel.
«Somos socios (en el Ceamse), no nos pueden hacer esto. ¿Scioli quiere ser presidente, no le interesan los porteños?», le habría dicho un diputado porteño a un hombre muy cercano al gobernador.
Cerca del jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, negaron la existencia de la conversación y sólo aclararon que «el gobernador sólo le pide al macrismo que cumpla con el convenio firmado en 2008 y con la ley de basura cero».
Scioli no es, por cierto, el único convidado de piedra en esta trama. También está involucrado el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ya que el gremio de Camioneros se encarga de la recolección y el transporte de los residuos porteños.
«Todo es posible. Pero este es un tema muy serio y desembocaría en una crisis ambiental grave para toda el área metropolitana», advirtió a LA NACION Jorge Mancini, diputado provincial y representante gremial del Ceamse por el moyanismo.
Los contendientes ya se preparan. La guerra de la basura parece a punto de comenzar.
$1600
Millones
Es lo que gasta por año el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en los contratos de recolección de basura, que debe renegociar en el corto plazo. Los residuos son actualmente enterrados en la provincia de Buenos Aires, que ahora podría impedirle el ingreso de los desechos en su territorio.
6000
Toneladas
Es la cantidad de basura que en promedio produce la ciudad de Buenos Aires cada día y que viaja en camiones a los rellenos sanitarios del Ceamse. Si la provincia impide el ingreso, podría complicar también la actividad del gremio de los camioneros, de Moyano.
LAS OFENSIVAS
El transporte. Macri, después de haberlo aceptado, rechazó el traspaso del subterráneo. El Gobierno, entonces, promovió una ley para pasarle a la Ciudad no sólo los subtes sino también 33 líneas de colectivos. El litigio continúa.
La seguridad. El gobierno nacional exige que Macri se haga cargo de controlar con la Policía Metropolitana cada vez más espacios que antes estaban bajo custodia de la Federal. Desde los subtes hasta los hospitales.
El Banco Ciudad. Un proyecto de la diputada kirchnerista Diana Conti propone que los depósitos judiciales dejan de hacerse en el Banco Ciudad y pasen al Banco Nación, lo que afectaría casi un 30 por ciento de los negocios de la entidad porteña.