El megaplán de los contenedores de basura, a través de los que el gobierno porteño esperaba mantener limpias las calles de la ciudad, muestra su primer fracaso . Por estos días, se evalúa el reemplazo de los casi 3500 contenedores verdes instalados en la mayoría de las calles porteñas, por otros que, se dice, serán inviolables.
En el gobierno niegan que se trate de una marcha atrás, sin embargo, se acepta que se necesita una «reformulación» del sistema anunciado con bombos y platillos hace pocos meses.
«El plan de contenerización sigue en pie. Tal como lo anunciamos, la ciudad tendrá contenedores en donde se depositará la basura. Sólo vamos a cambiar los verdes -destinados a acumular material reciclable- porque no están funcionando. Nuestro compromiso es con el reciclado y con la ley de basura cero», indicó Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
Hasta el momento, se han colocado en la ciudad 3383 contenedores, de los cuales hay 200 en reparación. El volumen de basura y el desconocimiento han provocado que muchos vecinos depositen en ellos cualquier tipo de residuo.
El cambio que plantea el gobierno es el de reemplazar los armatostes verdes por unos, denominados «campanas», que no tienen tapa. Cuentan con una boca de depósito y sólo podrán ser descargados por los camiones recolectores, o por las cooperativas que trabajan con el gobierno.
Desde mayo comenzará la distribución de unos 6800 recipientes de este tipo, que serán ubicados en los cruces de calles. «Nadie tendrá que caminar más de 100 metros para usar esos contenedores. Tendrán una dársena especial donde serán colocados», detalló el funcionario. La prueba piloto se lanzará en el barrio de Núñez.
Estos nuevos dispositivos no podrán ser abiertos por los cartoneros que circulan de forma independiente. Cristina Lescano, de la cooperativa El Ceibo, opinó: «Estos nuevos contenedores no son antivandálicos son anticartoneros. Claramente la intención es que los compañeros que trabajan por la noche no puedan recolectar. Para nosotros, no es un problema porque hacemos nuestro trabajo puerta a puerta, pero esos nuevos elementos son un desastre. Son enormes y la boca para tirar los residuos es muy chica. Pero nunca nos consultan nada».
El Ceibo es una de las 12 cooperativas que ya tiene asignada una zona de trabajo en la ciudad, que fue adjudicada por licitación. El gobierno porteño se comprometió a facilitarles las herramientas de trabajo y logísticas a cambio de que se genere un circuito puerta a puerta con los vecinos.
Sin embargo, este mecanismo todavía no está aceitado. Los vecinos aún no saben qué cooperativa corresponde a cada zona.
Los cartoneros atribuyen estas desinteligencias al cambio de autoridades en el ministerio. Cabe recordar que hace poco más de un mes el subsecretario de Higiene Urbana, Fernando Elías, fue reemplazado por Edgardo Cenzón, un hombre de confianza del jefe de gobierno, Mauricio Macri.
«PARA LA FOTO»
«Sacaron fotos cuando se hizo la licitación y nos dieron un camión enorme que no sirve para trabajar en los barrios. Cada vez que llega un funcionario nuevo hay que empezar de cero», agregó Lescano.
Santilli negó de plano que quieran quitar el trabajo a los cartoneros. «El plan que tenemos en marcha incluye la dignificación del trabajo de los recuperadores urbanos, que, organizados en cooperativas, operarán los centros verdes donde recibirán los materiales reciclables recolectados en el circuito de contenedores verdes. También cumpliremos con el plan de doble contenerización en contenedores verdes y negros; el trabajo con grandes generadores [shoppings, cines, hoteles] y la educación, a través de las más de mil escuelas verdes que ya están separando y recuperando residuos.»
Cabe recordar que en la ciudad de Buenos Aires se generan diariamente unas 6000 toneladas de basura. A principios de este año, el gobierno se comprometió a reducir, en el plazo de un año y medio, el 78% de los residuos que entierra en el relleno sanitario de González Catán, en territorio bonaerense. Y el reciclado es fundamental; se estima que con un buen sistema se podría reducir el 30% de los desechos.
Sin embargo, los vecinos aún no están obligados a separar su basura. Los planes oficiales hablan de junio como fecha próxima para empezar con este cambio de hábito. «Cuando toda la ciudad esté contenerizada, empezaremos con las campañas de comunicación», dijo Santilli.
Para Juan Carlos Villalonga, de Los Verdes, este nuevo cambio sólo debilita el plan de reciclado. «Es un cambio más en lo que hace a la comunicación esquizofrénica en el tema basura. Las campañas han variado desde el «jugá limpio» al «sacá por separado». En cada estación aparece un nuevo discurso distinto. Esto es letal para que se consolide un cambio de actitud, y para que funcione el plan de basura cero», dijo el representante político.
En el gobierno creen que, cuando estén todos los elementos, la campaña funcionará. En las próximas semanas endurecerán las penas a los grandes generadores de basura, entre ellos hoteles, polos gastronómicos, edificios de más de 20 pisos y supermercados. Según indicó el ministro, habrá controles más estrictos para quienes saquen la basura fuera del horario (de domingo a viernes de 20 a 21) y a quienes no usen los contenedores.
NÚMEROS Y CLAVES
Un conflicto con la provincia de Buenos Aires
6000
Toneladas de basura
Se generan diariamente en la ciudad y son enterradas en el relleno sanitario de González Catán
1720
Toneladas de residuos
Según el gobierno, es lo que logró recuperar en tres meses. Esa cantidad ya no va hoy al vertedero bonaerense
72%
Es el compromiso de reducción de basura que firmó Macri con la provincia de Buenos Aires. El plazo para conseguirlo es de un año y medio