Dijo que «las protectoras de animales hablan mucho, pero son muy complicadas si se pretende contar con ellas».
-¡No puedo creer el descaro que tiene este señor! Las protectoras le ahorran al Estado, desde hace décadas, miles de dólares anuales resolviendo situaciones de animales maltratados y abandonados en la calle, que podrían derivar en problemas de salubridad o accidentes de tránsito. Jamás, ninguna ONG de este tipo pidió ni recibió ayuda alguna del Estado. El señor Prato no puede adjudicar obligaciones a quienes jamás otorgó derechos ni reconocimiento.
-Algunos consideran que las protectoras de animales son una suerte de «clubes de señoras» que se enfocan con excesivo dramatismo en problemas que no parecen tan dramáticos, en comparación con otras situaciones críticas.
-Bueno, en realidad, son grupos de «mujeres y hombres», de distintas edades, con una vida ocupada, con familia, unidos por un sentimiento de amor hacia los animales y un respeto a su vida. Trabajamos para lograr una concientización del resto de los ciudadanos, incluida la «clase política». Quien maltrata o abandona un animal tiene un nivel de violencia alto, y hoy o mañana lo hará con otro ser más débil: niños, mujeres, ancianos… Por esto es que se trabaja dando charlas en escuelas y liceos, y se invita a participar en los refugios a los más chicos con sus familias y docentes, para mostrar una realidad que duele, y parece que al Estado no le interesa…
-Usted trabaja para la protectora S.O.S. Caninos y Equinos. ¿Hay muchas sociedades de este tipo en Uruguay?
-Existen otras ONG, como Animal Help, Welly, ILDA, Animales Sin Hogar, Equus, El Refugio, y otros grupos recientes que trabajan en distintas zonas de todo el territorio nacional; no me extiendo en nombres, pues no quiero olvidar a ninguno.
-¿Por qué son tantas y no trabajan juntas?
-Lo hacemos por separado, porque hay que conseguir donaciones y voluntarios para realizar esta inmensa y agotadora tarea, según la afinidad entre los integrantes de cada grupo, pero, en realidad, trabajamos todos juntos con un fin común: generar respeto por el bienestar animal.
-En estos días que ha habido controles de los carritos de recicladores, ¿ha llamado la IMM a las protectoras para hacerse cargo de los caballos?
-No sé con certeza si se han comunicado con alguna ONG de protección animal, o con la Comisión de Bienestar Animal que es el organismo competente. Quizás se hayan comunicado con ILDA, que tiene un convenio con la Intendencia para recibir algunos caballos, pero por supuesto, sin ningún tipo de apoyo en alimentación, ni pago de fletes para trasladar a los equinos… La Intendencia resuelve sus problemas con los dineros y esfuerzos de otros, ya que mantener un equino que por lo general llega desnutrido, lleno de heridas y mal herrado, no sale «centavos»… Mantener un caballo en una protectora sale unos $ 15.000 por mes.
-Los inspectores estuvieron requisando carritos que no están registrados por la Intendencia, y algunos que eran conducidos por menores , pero o hubo denuncias de maltrato animal, ¿no es así?
-Es medio chistoso que se retengan los carritos hasta que sean registrados, ¿no le parece? ¿Sabe usted que cualquier chico de 15 años puede conducir un carro «registrado» y tener carnet de clasificador si es «padre de familia»? Claro, tener hijos es fácil, pero no tiene nada que ver con la capacidad de conducir un carro con equino en la vía pública. Quisiera yo saber si un menor de 15 años, que sea padre de familia, puede conducir un auto o un vehículo de trabajo… Si a la IMM le sirve la recolección de basura por los clasificadores con carro, si ese trabajo sucio le ahorra plata, la Intendencia debería hacer la tarea completa: ocuparse de la salud de los menores, ocuparse de los equinos y ocuparse de la basura, que es su cometido.