En el interior del país hay, al menos, unos 3.000 clasificadores de basura trabajando en calles y basurales. Según un detallado estudio realizado a pedido del gobierno hace cuatro meses, casi uno de cada tres es menor de edad.
El trabajo de la consultora CSI Ingenieros-Estudio Pittamiglio fue realizado a pedido del Poder Ejecutivo y, al menos en la versión a la que accedió El País, no incluye datos sobre Montevideo, donde conviven unos 15.000 clasificadores de residuos sólidos, según las declaraciones del presidente de la Unión de Clasificadores, Walter Rodríguez.
Con las conclusiones y recomendaciones de este trabajo, el gobierno y el Congreso de Intendentes elaborarán un plan nacional para abordar uno de los problemas que causa más dolores de cabeza, qué hacer
Pero más allá de lo que se haga en la capital, en el resto de los departamentos los sistemas más promovidos para la clasificación de residuos sólidos son el Plan de Gestión de Envases (PGE) y el Programa Uruguay Clasifica (PUC), que promueven la implementación de «circuitos limpios» a través de asociaciones de clasificadores.
Según lo explicado en el informe, los «circuitos limpios» son la mejor opción para obtener la mayor cantidad de residuos reciclables «en su mejor estado de valorización», y además brindan «una mejor calidad de vida al clasificador», disminuyendo riesgos sanitarios que sí existen en la recolección en la vía pública o sobre los propios basurales.
En cuanto a las condiciones de trabajo, salvo en los casos de Canelones, Flores, Rivera, Maldonado, y parcialmente Río Negro, los clasificadores «no tienen las condiciones suficientes para desarrollar un trabajo digno», ya que faltan lugares para la higiene personal, ingestión de alimentos, salud en general y seguridad laboral, enumera el trabajo.
En los casos de Flores, Rivera, Río Negro, Rocha, Artigas, Tacuarembó, Cerro Largo, Maldonado, y en otra modalidad Salto, los clasificadores asociados tienen «significativas señales de apoyo y participación» de las Intendencias, afirma el trabajo, lo que es entendido como un factor netamente positivo.
Además, según el MIDES, dice el informe, de un total de 24 grupos de clasificadores localizados en el interior, el 80% recibe algún tipo de apoyo de la Intendencia, mientras que el 20% restante no. Los grupos que no reciben apoyo están en Florida, Paysandú y San José.
Durante las visitas de campo realizadas para el informe, y según la información que brindaron las propias intendencias, existe clasificación en todos los sitios de disposición final significativos, a excepción de los de Rocha y Maldonado.
La mayoría de los que trabaja dentro de estos sitios lo hace en forma no organizada (ver gráfico), y solamente en un 24% de los sitios de disposición final (SDF) los clasificadores están registrados para trabajar. Además, en el 36% de los SDF no se lleva registro de los clasificadores que ingresan, y en un 28% se evidenció presencia de menores de edad, más allá de que la intendencia tenga o no registro de clasificadores.
El Mides afirma que los clasificadores de los «circuitos limpios» que no están incluidos en el Programa de Gestión de Envases «no logran una ecuación económica más ventajosa respecto al trabajo no organizado, ni aun contando con un fuerte respaldo en logística, infraestructura y comunicación, como es el caso de Río Negro».
Los que trabajan en el marco del programa -Canelones, Flores, Rocha, Rivera y recientemente Maldonado- lograron una mejora en las condiciones de trabajo, salario básico, aportes y cargas sociales, con los beneficios que ello implica, y además, una compensación salarial por la comercialización de los materiales reciclables.
Entre las principales conclusiones y recomendaciones, el estudio afirma que los gobiernos departamentales y las instituciones públicas involucradas a la problemática de la basura «deberían analizar y profundizar sus compromisos en el suministro de logística, infraestructura, maquinaria, equipo de trabajo y creación de capacidad operativa y de comercialización para el funcionamiento más eficaz de las asociaciones de clasificadores».
RECOLECCIÓN SELECTIVA
Varias intendencias evalúan implementar planes vinculados a la recolección selectiva y clasificación.
Soriano, por ejemplo, se propone emitir una norma para regular el funcionamiento de los intermediarios en el casco urbano.
Lavalleja y Paysandú plantean implementar circuitos limpios pilotos en los próximos meses.
Rocha aspira a aumentar el número de localidades donde implementará el trabajo en circuitos limpios.
Flores va a adquirir un camión para apoyar la recolección de los circuitos limpios.
Los expertos recomiendan que se deberían desarrollar análisis más detallados de rendimientos operativos y
Económicos de las distintas formas de clasificación, para lo que es necesario perfeccionar los mecanismos de monitoreo y control de las operaciones, incluyendo el pesaje de los residuos generados en cada localidad, los volúmenes de materiales reciclables comercializados, los precios obtenidos y los intermediarios intervinientes.