Será desde el segundo semestre, según se prevé en la concesión; habrá dos tipos distintos de contenedores
Si la licitación por la recolección de la basura que generan los porteños marcha según los tiempos previstos, a mediados de 2012 los vecinos deberán sacar los residuos reciclables (secos) y los orgánicos (húmedos) en bolsas separadas, que depositarán en contenedores específicos para cada tipo de desecho, que serán instalados en toda la ciudad.
Ayer, la demorada licitación (el contrato venció en agosto pasado y fue prorrogado) tuvo un punto de inflexión auspicioso con la apertura de los sobres de las ofertas técnicas, tanto para la recolección de residuos húmedos como secos, trámite que develó algunas incógnitas del proceso.
Finalmente la empresa Covelia -adjudicada al líder de la CGT, Hugo Moyano- no participó de la compulsa. En una solicitada por publicarse, esa firma dice que se vio obligada a no presentarse a raíz de los planteos de sus propios socios «ante la cantidad de mentiras y agravios» que dice haber recibido por parte de la prensa.
Los actores en esa licitación son los que ya prestan servicio en la Capital (Cliba, AESA, Nittida, Integra y Urbasur), aunque reagrupados.
El contrato hoy vigente mantiene dividida la ciudad en cinco zonas con recolección en manos privadas; las firmas mencionadas retienen una cada una y, además, hay una sexta que controla el Estado mediante el Ente de Higiene Urbana (EHU).
En cambio, los pliegos en trámite reducen la cantidad de zonas a tres para las empresas y una cuarta (la comuna 8), que manejará el EHU. El plazo de la adjudicación será por cuatro años, prorrogable por uno.
Ayer fueron tres las uniones transitorias de empresas (UTE) que presentaron ofertas para las futuras zonas. Una, conformada por Cliba SA y AESA, que hoy recolectan con la misma denominación comercial; otra, integrada por Emepa SA (hoy actúa como Nittida), por Impsa (del grupo Pescarmona, hoy forma parte de la prestataria Integra) y por Transportes Olivos (hoy participa en Urbasur), y la tercera, compuesta por Ashira SA (hoy miembro de Urbasur) y por Martin y Martin (hoy Integra).
Para las futuras zona 1 y zona 2, ofertaron la UTE de Cliba y AESA, y la UTE de Emepa, Impsa y Transportes Olivos. En la futura zona 3 mostraron interés los tres consorcios.
El ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli, recordó que las empresas que resulten ganadoras deberán realizar una fuerte inversión en equipamiento de última tecnología, que incluye contenedores de carga lateral metálicos a pedal -independientes para desechos húmedos y secos- y camiones adaptados para el vaciamiento de estos dispositivos.
Ayer, en forma simultánea, 13 cooperativas de cartoneros se presentaron para participar del concurso público por la recolección de la basura reciclable (papel y cartón), que deberán retirar de los contenedores para su posterior tratamiento. Aún no está claro cómo será la logística del recupero de estos residuos, en la que se trabajará en los próximos meses. Entre otros puntos, no existe definición sobre qué camiones se emplearán o dónde se procesarán los materiales.
Lo primordial, destacó Santilli, reside en que esta «institucionalización» de los cartoneros evitará que se sigan abriendo bolsas en la calle y ensucien la vía pública.
Ambas licitaciones constituyen el contrato más oneroso del gobierno porteño, estimado en 1500 millones de pesos. Según las previsiones oficiales, dentro de cuatro o cinco meses se abrirán los sobres con las ofertas económicas.
Según adelantó Santilli, la adjudicación de la licitación ocurrirá antes de que concluya 2011, siempre y cuando Pro logre ganar las elecciones porteñas convocadas ayer para julio. «Si no, corresponde dejar el trámite avanzado y que decida el próximo administrador de la ciudad», consideró.
Desde la adjudicación, se estima que las empresas necesitarán 6 meses para adquirir el equipamiento correspondiente antes de comenzar a prestar el servicio. En ese lapso, el gobierno porteño realizará campañas de difusión para que los vecinos aprendan a separar los residuos por categoría, lo que será obligatorio.
Durante el gobierno de Aníbal Ibarra hubo una experiencia piloto de separación en origen, pero voluntaria, mediante bolsas verdes provistas por los supermercados, que fracasó.