Hay menos basura en la calle y las veredas lucen más limpias, pero los malos olores y la ubicación de los contenedores más grandes se llevan las mayores críticas de los vecinos de Monserrat, que desde hace casi dos meses conviven con un nuevo sistema para depositar sus residuos. Monserrat fue el primer barrio en el que se instaló el nuevo sistema de separación de residuos, que se extenderá progresivamente al resto de la Capital.
«Yo tengo un negocio y acá sacan la basura durante todo el día. El olor, que es insoportable, y los contenedores inmensos, que tapan la vidriera, no nos han beneficiado. Además, no está más limpio», contó indignada Carolina Muñiz, dueña de una vinoteca en Sáenz Peña al 100. La vecina también se queja porque han puesto los nuevos contenedores, que triplican la capacidad de los que se pueden ver en otros puntos de la ciudad de Buenos Aires, en una calle por la que pasan varias líneas de colectivos y los bomberos.
«Esta es una calle angosta y con estos contenedores se hace muy difícil circular. Deberían ponerlos en las veredas, pero en las más anchas», agregó Muñiz. La experiencia en Monserrat incluye la zona comprendida entre las avenidas Entre Ríos, Rivadavia, Lima y Belgrano. Allí, los vecinos cuentan con contenedores para basura húmeda y reciclable. Según cifras oficiales, sólo en un mes se han reciclado 126 toneladas de basura.
Sin embargo, en los recipientes donde se deben depositar los materiales reutilizables se observa de todo un poco. «No veo que estén tirando la basura reciclable por un lado. Acá nadie nos explicó nada, pero veo la zona un poco más limpia», dijo Pablo Moyano, que tiene un quiosco frente a la plaza del Congreso.
En el gobierno porteño indicaron que con el fin de cambiar la conducta del vecino se inició el mes pasado una campaña de comunicación masiva denominada Vocesque busca promover el uso correcto de los servicios de higiene urbana y garantizar la colaboración de los habitantes y visitantes.
Mientras tanto, en Monserrat se trabaja, en dos turnos, con personal que explica la nueva modalidad, según la información oficial. «Sólo vinieron y repartieron algunos folletos. Pusieron los carteles, pero como acá no hay un contenedor para reciclables se tira todo en el mismo lugar. Los cartoneros, siguen ahí», acotó María Esther Goldenberg, que tiene un quiosco en Alsina y San José.
CARTÓN, VIDRIO Y PLÁSTICO
Santilli respondió: «Este nuevo sistema está a la altura de los más eficientes del mundo, como los de Barcelona y Madrid. Los nuevos contenedores son más grandes y resistentes, terminan con las bolsas en las esquinas y con los recuperadores urbanos trabajando en la calle», dijo.
En total son 80 contenedores para basura (negros, entre uno y dos por cuadra), y 26 para reciclables (verdes, uno por manzana). Dentro de los reciclables irán los papeles, cartones y botellas de plástico. «Pronto estos contenedores y la separación en origen llegarán a otros puntos de la ciudad con el objetivo de cubrir toda la ciudad con este sistema, que es el más eficiente y ecológico», explicó Santilli.
En la ciudad de Buenos Aires conviven ambos sistemas de contenerización, a lo que se suman las marchas y contramarchas que ha habido en materia de residuos en los últimos diez años. Hoy se pueden ver en varias zonas, como Núñez, Monserrat o Villa Crespo, donde indistintamente conviven cubículos con tapa naranja y otros de tapa verde. En ambos se mezcla la basura orgánica con la inorgánica.
En 2004, cuando se inauguró el sistema de limpieza denominado de «área limpia» en la Capital y se otorgó en concesión la recolección de residuos a las empresas que todavía realizan la actividad (Cliba, Urbasur, Aesa e Integra, con una quinta zona a cargo de la administración porteña), se estableció que escuelas, organismos públicos, hoteles de cinco estrellas y el barrio de Puerto Madero comenzaran a separar su basura. La obligación, que en rigor está incluida en la concesión vigente, debía servir como prueba piloto. Sin embargo, no fue así.
«BASURA CERO»
Un año más tarde se sancionó la ley de basura cero, que pretende disminuir la cantidad de residuos que se envían a los rellenos sanitarios de la provincia de Buenos Aires. Cabe recordar que en la Capital se generan por día unas 5000 toneladas de desechos. Para el año próximo la norma obligaba a reducir el 30% de esos residuos. Pero tampoco podrá cumplirse (ver recuadro).
«El tema no se lo toma con la seriedad que requiere. Aparece como una cuestión verde pero no como una discusión estructural -opinó Eugenia Testa, directora política de Greenpeace Argentina-. La separación de residuos significa cambiar la relación con la basura que generamos, lo que implica políticas de comunicación y de educación de largo plazo. Es necesaria una incorporación progresiva del hábito y la logística, cosa que no ha sucedido».
Para Santilli, los nuevos contenedores son sólo una primera etapa de un plan más amplio. «Este nuevo sistema está a la altura de los más eficientes del mundo, como los de Barcelona y Madrid. Estos nuevos contenedores son más grandes y resistentes, terminan con las bolsas en las esquinas y con los recuperadores urbanos trabajando en la calle», dijo.
ADÓNDE VAN LOS DESECHOS DE LA CIUDAD
La ciudad de Buenos Aires envió a los rellenos sanitarios de la Coordinadora Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) entre enero y octubre del año pasado 1.178.538 toneladas de basura. En el mismo período de 2010, la ciudad había mandado 1.169.078 toneladas. De un año a otro, ese volumen se incrementó un 1%.
En 2005 la ciudad adhirió al sistema denominado «basura cero», por el que se comprometía a reducir progresivamente la cantidad de desechos. Paralelamente, dos de los tres rellenos sanitarios que administra la Ceamse (el de González Catán y el de Ensenada) tienen orden judicial de cierre. El de José León Suárez (Norte III), que es el que recibe los residuos de la Capital, tendría capacidad para recibir residuos durante uno o dos años más.
La provincia de Buenos Aires ha avanzado en la construcción de plantas de residuos en distintas regiones, como Florencio Varela y Berazategui, pero los vecinos se niegan a aceptar los desechos porteños. Uno de los paliativos sería una nueva planta que procesará 1000 toneladas diarias de basura porteña en el complejo Norte III.
La construcción demandará una inversión de $ 100 millones. Con ella se recuperarán unas 480 toneladas por día de los residuos ingresados, 300 de orgánico y 180 de materiales secos.
TODOS LOS INTENTOS DE SEPARACIÓN
AGOSTO 2002
Bolsas
La basura debía sacarse en dos bolsas: una negra con los desechos orgánicos y otra verde con los reciclables. Las primeras eran retiradas por las recolectoras y las otras, por cooperativas de cartoneros. No prosperó.
SEPTIEMBRE 2002
Cartoneros
Se creó un registro de cartoneros para saber en qué zona trabajaban. Además se negoció con los supermercados para que entregaran bolsas de dos colores que facilitaran la separación en los hogares. No prosperó.
OCTUBRE 2004
Separación
La separación de la basura se prevé obligatoria para hoteles de 4 y 5 estrellas, edificios públicos, escuelas y Puerto Madero. Los cartoneros deben trabajar en una planta especial en Villa Soldati. Rige.
FEBRERO 2005
Concientización
«Juntos por una ciudad limpia.» Con ese eslogan, el gobierno porteño -a cargo entonces de Aníbal Ibarra- lanzó un nuevo sistema de recolección de residuos, que prometía la separación de la basura.
NOVIEMBRE 2005
Basura cero
La Legislatura porteña aprueba la ley denominada basura cero, que obliga a la Ciudad a disminuir en un 50% los residuos que entierra para 2012 y en un 75% para 2017. Hoy, esa ley no se cumple.
MAYO 2006
Contenedores
Llegan a Barracas y Parque Patricios los primeros contenedores a las calles. Este sistema permite depositar la basura en cualquier horario y no sólo de 20 a 21. Hoy, ese sistema sólo cubre el 30% de la ciudad.
AGOSTO 2007
Tapas
El gobierno de Jorge Telerman anunció la creación de un Registro de Vecinos Voluntarios, dispuestos a separar sus residuos. Los contenedores se distinguen por el color de su tapa. No prosperó.
DICIEMBRE 2007
Comunicación
El gobierno de Mauricio Macri propone contenerizar toda la ciudad pero elimina los recipientes de tapa naranja por un tiempo. Al año siguiente lanza la campaña publicitaria «Jugá limpio con Buenos Aires».
FEBRERO 2008
Control
En un año, se agregan 15.000 contenedores y se envían a la calle 200 inspectores para intensificar los controles. Macri promete una ciudad más limpia en un plazo de dos años. No prosperó.
ABRIL 2008
Bajo tierra
Se realizó una prueba piloto de contenedores subterráneos en la calle Reconquista. Se veían como buzones. Dos serían para depositar residuos secos y dos, para húmedos. No prosperó.
MARZO 2011
Formalización
Se anuncia para mediados de 2012 la separación de residuos en distintas bolsas y contenedores. Trece cooperativas de cartoneros se interesan en la basura reciclable. El proceso está aún en marcha.
FEBRERO 2012
Contenedores
Además de los nuevos contenedores, el gobierno porteño presentó los camiones de recolección que se utilizarán en el nuevo esquema, que abarca la zona comprendida por Entre Ríos, Lima, Rivadavia y Belgrano.