En la localidad de Río Branco no saben qué hacer con las 800.000 cubiertas en desuso que se acumulan en enormes depósitos. La gran diferencia de precio alimenta la demanda ciudadanos brasileños que recambiaban en el departamento fronterizo.
Según técnicos, se trata de un material que precisa centenares de años para degradarse y es altamente dañino para el medio ambiente.
Alrededor de mil cubiertas por semana llegan a los depósitos en la ciudad de Río Branco, y una cantidad similar en otras ciudades limítrofes con Brasil, generando un grave problema, aunque los neumáticos en desuso suelen depositaarse en predios lejanos a la ciudad.
Una enorme acumulación se ha generado en dos predios a tres kilómetros de la planta urbana de esa ciudad de Cerro Largo.
Marcos López, responsable de una empresa de transporte internacional de Río Branco, sostuvo que tres gomerías y alineadoras de esta ciudad comercializaban cerca de mil cubiertas por semana.
El actual alcalde del municipio, Christian Morel, señaló que se habían iniciado conversaciones con Brasil «en busca de determinar condiciones de mercado para aprovechar los materiales y eliminar la acumulación de cubiertas».
Sostuvo que «las cubiertas en desuso son un problema mundial y máxime en Río Branco donde se verificó que unos 400 brasileños por semana visitan los free shops y aprovechan el precio de neumáticos para efectuar el recambio en nuestro país. En Uruguay, desde hace años, se están ensayando distintos procedimientos para su eliminación», sostuvo Morel.
En los países industrializados se pasó de la quema de estos los neumáticos inservibles para producir energía, a utilizarlos como componentes para el recapado de carreteras, meclándolos con asfalto.
Morel puso énfasis en la problemática ambiental que le está causando esto a Río Branco, pese a que los dos predios contratados para su depósito están a tres kilómetros de la planta urbana. Un vecino está utilizando algunos de esos neumáticos para cercar potreros y campos de la zona.
Toneladas.
En Uruguay, según las cifras más actualizadas, se encuentran rodando más de 24.000 toneladas de neumáticos generando unas 10.000 toneladas de residuos, cuya disposición final es uno de los puntos más críticos.
La totalidad de los departamentos tienen vertederos a cielo abierto donde la contaminación ambiental es un riesgo inminente.
Criadero de mosquitos.
Gran parte de los neumáticos en desuso se almacenan en depósitos clandestinos, techos, patios de casas, en lagos, ríos y calles, con el consiguiente efecto para el medio ambiente y para la salud pública. Estos se convierten en un entorno ideal para ratas y mosquitos que transmiten el dengue, la fiebre amarilla y la encefalitis equina.