Peleas entre vecinos por la ubicación de los contenedores
Ni el fuerte olor que desprenden, ni la suciedad que los desborda. A los porteños, lo que más les molesta de los contenedores es tenerlos cerca : desde que la Ciudad empezó a ampliar el plan de contenerización en los barrios, la ubicación de los grandes tachos callejeros se convirtió en una pelea constante entre los vecinos. Y parece no tener solución. Es que si bien muchos consideran que con ellos las calles están mejor y más limpias, lo que se es que nadie quiere tenerlos en la puerta de su casa.
La “guerra” es silenciosa y comienza siempre de la misma manera. El vecino al que le corresponde el contenedor se cansa de tenerlo en la puerta, de soportar el olor a basura y del ruido del camión cuando levanta los tachos y entonces, una noche, y sin que nadie se de cuenta, lo cambia de lugar.
Pasa, por ejemplo, en Saavedra, entre vecinos de la calle Jaramillo al 4500. “A mí en realidad no me corresponde tenerlos enfrente de mi consultorio, van en la puerta de la casa de la señora de enfrente, pero a ella le molestaba el olor y un día me los puso . Y ahora no puedo hacer nada porque si se los llevo otra vez me tengo que pelear con ella”, comentó, abatido, Reynaldo Curi, uno de los vecinos de la cuadra.
Del otro lado de la calle, la señora que los cambió de lugar también parece tener sus razones. “Yo los saqué porque nosotros somos gente grande y tenemos la ventana siempre abierta y es un asco el olor que entra. Los vecinos son muy sucios, llegamos a ver animales muertos. Entonces aprovechamos que tienen ruedas y se los pusimos al vecino”, se descargó Guillermina Mendoza. A unas cuadras, en Paroissien al 4600, sigue la lucha. “Están en la puerta de mi casa pero en realidad van en la casa de mi vecino. No sé quién los cambio de lugar, pero lo que sí sé es que hoy a la noche los vuelvo a poner donde van”, advirtió Elisa Casale, sin remordimientos.
Para algunos, incluso, la situación es peor, porque no sólo tienen que soportar el contenedor en la puerta, sino también sobre sus veredas. “Hace dos años que tengo los contenedores en el pastito de la entrada de mi casa, llamé un millón de veces para reclamar para que vinieran a sacarlos pero nadie vino. Yo misma los puse en la calle, pero los vuelven a subir a la vereda”, se quejó Ana Calderón, en Galván al 4000.
En la Ciudad hay unos 15.850 contenedores . Están dispersos en 40 barrios, en zonas residenciales pero también en los centros comerciales, donde se repiten las quejas por su ubicación. En Once es una pelea constante, entre comerciantes, vecinos y cartoneros. Y en Cabildo también. El caso testigo es Liniers: el barrio, uno de los que fueron contenerizados en un ciento por ciento este año en el marco de una prueba piloto que planean ampliar a toda la Ciudad, todavía no se acostumbra a convivir con los tachos callejeros y siempre hay disputas por su ubicación. “Los contenedores funcionan si la basura se saca en bolsas y en el horario permitido. Pero eso no ocurre y tiran de todo a cualquier hora ”, disparó Lorena, empleada de una marroquinería. Y enseguida reflexionó: “Acá falta educación”. Consultados por este tema, desde la Ciudad coincidien. “Son muchos los casos de vecinos y comercios que sacan la basura a deshora”, admitieron.
En estos casos, la situación también habla de las conductas : con los contenedores, como con las bolsas de basura, se repite el fenómeno conocido como “¡no en mi patio trasero!”, que en estos casos podría aceptar una variación: “Sí, el contenedor es mejor que tener bolsas tiradas, pero no en mi puerta”. Es una situación que se da cuando el vecino acepta algo (en este caso una medida ambiental) siempre y cuando no sea un problema directo para él.
Planteado el problema, y con la pelea ya declarada, los únicos que se muestran neutrales son los que se salvan de tenerlos estacionados en su puerta. “Me parece que los contenedores son muy buenos para no tener las bolsas tiradas por la calle”, comentó María del Carmen Martini, vecina de Saavedra. “Qué se yo, yo veo que ahora las veredas están más limpias y que es más fácil para el camión recolectar la basura de la cuadra”, agregó, sin dilemas, desligándose sin culpas del conflicto. Y totalmente afuera del debate.
