Luis Custodio
En pocas semanas comienzan las obras de lo que será el primer sitio de disposición final de residuos industriales que tendrá el país, que podrá albergar más de 300 mil metros cúbicos de desechos, dando una solución a este problema, estimada en once años. Material resultante de la producción química, de las curtiembres, las empresas públicas y las fábricas de pinturas, compondrán el grueso de los materiales depositados en un predio próximo a las usinas municipales de Felipe Cardoso. Estarán excluidos los desechos orgánicos y hospitalarios, entre otros. Paralelamente, en este mes de septiembre se inicia el período para que las empresas presenten sus planes de gestión de residuos ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama).
La Dinama se fijó como objetivo estratégico de cara al año 2015 promover una gestión segura de los residuos procurando la minimización de la generación y su valoración, así como el desarrollo de estrategias de inclusión social, explicó la Ing. Marisol Mallo, Directora de la Unidad de Planificación de la Dinama al momento de la presentación del proyecto.
Es en ese contexto que se ubica la instalación de este sitio de disposición final, al amparo de las demandas establecidas en el decreto 128/2013, de junio de este año.
Una larga historia
El Ingeniero Maurizio Rista, responsable del Departamento de Gestión Ambiental de la Cámara de Industrias, precisó que este proyecto de la CIU se inició hace varios años, «en 2009, cuando la Dirección Nacional de Medio Ambiente llamó a distintos actores privados interesados en la materia a encarar este asunto, porque Uruguay necesitaba en forma urgente un sistema de disposición de restos industriales, que nos permitiera cumplir con la normativa internacional existente».
Se trata de dar cumplimiento al recientemente aprobado decreto, que establece la caracterización de los residuos y la necesidad de contar con planes para su gestión.
Actualmente, todo lo que desecha la industria, que no es asimilable a lo que se considera urbano, que tiene determinados componentes que pueden ser contaminantes, corrosivos o tóxicos, y que deberían manejarse por separado, en muchas oportunidades se dispone en conjunto con la basura urbana corriente. «Hay casos en los que algunas empresas y sectores en particular han recibido una intimación por parte de la Dirección Nacional para que almacenen transitoriamente esos materiales», recordó Rista.
El grave problema de la disposición final es que no se trata de una situación sostenible en el tiempo, ya que la acumulación de residuos es finita, y además, la Dinama no estaba dispuesta a aceptar que cada empresa o gremial generara su propio sitio de disposición final, por considerar que era una forma de atomizar al país habilitando centros de disposición final en todo el territorio. «Es por ello que se comenzó a buscar, en el área metropolitana, un lugar que cumpliera con estándares de seguridad elevados para centralizarlos», puntualizó.
Algunas empresas intentaron inicialmente tener su propio sistema de disposición. Un ejemplo puntual es una curtiembre en Paysandú que tiene su centro de disposición final. La intención de la Dinama en algún momento fue replicar ese modelo, pero finalmente optó por propiciar centros de disposición comunes.
A los empresarios no les quedaban muchas opciones, ante la postura asumida por el organismo. Las posibilidades eran unirse y gestionar un sitio de disposición final conjunto, como ha hecho ahora la Cámara de Industrias, o que el Estado desarrollara un centro de esas características. Finalmente se optó por lo primero.
«Lo importante de este proyecto es que va a ser inclusivo, sostuvo Rista; no solamente la Cámara recibirá lo que generen sus socios, sino también otras empresas, aunque no pertenezcan a la gremial, y también las empresas públicas».
El emprendimiento
La Cámara de Industrias aborda este proyecto a su costo, con financiación del Banco República, contando además con la cesión en comodato por 30 años de un predio, por parte de la Intendencia de Montevideo. El terreno, en primera instancia de unas 4 hectáreas, terminó siendo más amplio, luego que el estudio de prefactibilidad contratado a tales efectos, sugirió que el tamaño del predio era insuficiente, con lo que la vida útil del centro de disposición iba a ser muy acotada en el tiempo. Finalmente se logró acceder a un predio mayor, de 9,4 hectáreas, en las calles Perseverano y Colastine, muy próximo a las usinas de la Intendencia de Montevideo en la calle Felipe Cardoso.
La obra comienza este mes y tiene doce meses por delante. En los primeros tres meses se pretende generar un marco regulatorio para que las tradicionales empresas de volquetas que trasladan residuos vayan acostumbrándose a mejores servicios, con volquetas cubiertas, etc. Dinama va a trabajar en ello para tener, previo al funcionamiento de esa usina, unidades de transporte adecuadas.
De acuerdo con el Proyecto Ejecutivo generado por Saceem, que resultó adjudicataria para llevar adelante la obra, lo mínimo que se va a poder acumular son 305 mil metros cúbicos de sólidos industriales, que a la tasa de generación que en la actualidad tienen el área metropolitana y los demás departamentos al sur del Río Negro, le otorga al proyecto un horizonte de 11 años de vida útil.
Asimismo, existe un estudio preliminar efectuado acerca de los niveles hasta los que se puede llegar con la excavación, respetando la geología del lugar, pero es probable que se pueda ampliar en un 5% o 10% más en algunos lugares dentro de esa superficie, lo que extendería la vida útil del lugar.
Además de los lugares de disposición definitiva, denominados «cavas» (tanto para sólidos como para lodos líquidos) el predio contará con las correspondientes plantas de tratamiento de efluentes, laguna para acumulación de pluviales y laboratorio.
Resguardos
Según indicó el Ing. Alejandro Easton de Saceem en la presentación del proyecto, solo ingresarán al recinto los residuos que cumplan los requisitos establecidos en la normativa vigente. Para corroborarlo, se comparará lo que se traslada en el camión con lo declarado en forma documental. Las cargas que no cumplan con los requisitos o no coincidan con la documentación, serán rechazadas.
Se estima por parte de Saceem que estarán ingresando a la planta entre 28 y 34 camiones diarios. Se establecerá un sistema de pesaje de camiones para conocer el volumen de carga y estimar el costo que deberá asumir la industria generadora de esos materiales de desecho.
Por otra parte, los vehículos serán lavados íntegramente una vez hecha la descarga, para evitar el traslado de restos de sustancias que puedan ser nocivas.
El sistema
Los materiales y sustancias de descarte, de acuerdo con el proyecto, quedan contenidos, encapsulados dentro de un paquete de impermeabilización, con una serie de membranas, que va siendo sellado por etapas, en la medida que se va completando. Durante las etapas de operación, habrá un frente abierto de 30 metros por 15 metros, con un techo móvil, que en la medida que se completa, el techo se corre, se coloca una membrana superior y se suelda, quedando herméticamente sellado, aislando del medio todo el contenido.
Una vez que se complete el predio, se cubre con una capa de arena y luego una capa de tierra. Finalmente va una última capa de suelo natural para recomponer la topografía del lugar. En 30 años, el terreno vuelve a manos de la Intendencia.
Según un reciente decreto que recoge la normativa internacional, ante cualquier eventualidad que escape a las condiciones previstas, la responsabilidad del residuo siempre será del generador.
Los costos de disposición son pagados por los responsables. Los camiones serán pesados al ingreso al centro y pagarán por metro cúbico o tonelada. La legislación no tiene previsto obtener ganancias, y si las hay, se deben reinvertir para ir mejorando las condiciones del proyecto.
Contenidos
Acerca de qué tipo de materiales recogerá la nueva planta, Rista señaló que ingresarán «lodos y no lodos», según los clasifica la nueva normativa.
Cuando se habla de sólidos, explicó, «se hace referencia a cualquier residuo que tenga una cantidad de agua inferior al 20% de su volumen. Hay lodos que pueden ser considerados sólidos y otros no, y cada uno de ellos tendrá su disposición final».
La planta contará con depósitos destinados a los lodos más líquidos, que serán inyectados a una suerte de bolsa de doble membrana, que se depositarán allí mediante un sistema de bombeo.
Esto está destinado esencialmente a los desechos de las curtiembres.
Habrá tres zonas específicas para lodos, y el resto del terreno, destinado a la cava mayor, donde irán los materiales más sólidos. Esta proporción responde a la relación existente en la generación, según los estudios de mercado efectuados.
«Para el caso de los residuos que generen una emanación de gases, fundamentalmente metano, se instalarán chimeneas para permitir su liberación, con sistemas de filtros que permitan mitigar la propagación de olores o cualquier otro impacto en la zona», subrayó Rista.
Energéticamente, los residuos que lleguen al lugar serán los no reutilizables con otros objetivos, como puede ser la generación de energía.
Registros
En el último trimestre del año próximo la planta estará en funcionamiento, de acuerdo con las estimaciones de obra. «Pero a partir de este mes de septiembre, las empresas deben comenzar a presentar su plan de gestión ante la Dinama, mediante declaración jurada», expresó el directivo. De acuerdo con las características de cada sector y empresa, se establecerán plazos de 3 meses, 6 meses o 2 años para que adapten sus planes.
Esto permitirá también a la Dinama, tener una base de datos de qué generan las empresas y su volumen.
Clasificación
En forma preliminar, y de acuerdo con la información que está en poder de la Cámara de Industrias, el 65% de los residuos provendrá de la industria química, tanto pública como privada, las que trabajan para el mercado local y para la exportación. Están incluidos en esta categoría insumos químicos en general, los lodos de los fondos de los tanques de fraccionamiento de crudo de Ancap, los residuos de dragados del puerto de Ancap, los de los plantas de tratamiento y potabilización de OSE, entre otros. Por otra parte, las curtiembres tienen casi un 25% del total. El 10% restante, corresponde a la industria metalúrgica, siderúrgica, o restos forestales contaminados por el uso de determinados productos, así como la industria de la pintura.
Los solventes de la industria de la pintura u otras que resulten explosivos o inflamables no tendrán posibilidades de ser dispuestos en el lugar. Tampoco los materiales hospitalarios o de laboratorios. Quedarán fuera también todos los desechos que tengan una alta tasa de materia orgánica, que irán a otras plantas de tratamientos ya existentes a tales efectos.
Ristra aseguró que en una segunda etapa, «pensamos trabajar en la disposición de orgánicos, estableciendo sinergias con el proyecto del gobierno en ese terreno (waste to energy) con el aprovechamiento de su alto poder calórico».
Recordemos que el gobierno fijó una primera ronda con empresas interesadas en un proyecto de esas características el año pasado, y se anuncia desde la OPP, el llamado a expresiones de interés para la construcción de la planta (que insumiría unos 500 millones de dólares) en las próximas semanas.
La obra en números
Monto total de la obra | US$ 15 millones |
Plazo de trabajo | 12 meses |
Excavación | 240.000 metros cúbicos |
Horas hombre de mano de obra | 170.000 |
Pavimentos | 9.000 metros cuadrados |
Hormigón | 2.400 m3 |
Acero | 200 toneladas |
Locales y galpones | 1.800 m2 |
Fuente: Saceem