El 2 de febrero fue el Día Mundial de los Humedales, pero en Uruguay las autoridades mencionaron mayormente a los del Santa Lucía y no se nombró a los de Carrasco, cuyas cualidades están bastante diezmadas por la erosión, la tala ilegal, la extracción de turba (tierra orgánica) y la basura acumulada.
Los humedales están en esta condición pese a que hasta 2018 Uruguay ocupa la presidencia del Comité Permanente de la Convención Ramsar, un tratado intergubernamental, cuyo fin es asegurar la conservación de los humedales.
El País intentó hablar con autoridades del Ministerio de Vivienda para conocer su postura, pero no tuvo respuesta.
Debido al impacto ambiental, el bañado no está pudiendo detener las inundaciones como debería, ni está frenando la contaminación hacia el Río de la Plata, asegura la bióloga Giannina Orcasberro, quien conforma la organización no gubernamental (ONG) Asociación Bañados de Carrasco (ABC) Rural, que se encarga de realizar educación ambiental en los humedales.
«En la actividad del 2 de febrero se habló mucho de los humedales del Santa Lucía, pero entre un humedal y otro hay una diferencia abismal. Los bañados de Carrasco fueron canalizados en 1970, eso generó una dinámica de cambio, de erosión importantísima», explicó Orcasberro.
Esa canalización se hizo para secar los bañados del lado de Canelones, ya que sus propietarios lo donaron al Estado pero con la condición de usarlos para la producción.
«En febrero de 2014 se inundó parte del barrio de Carrasco y eso fue por la recanalización del bañado que no pudo sostener toda esa agua del arroyo Carrasco y del Toledo y hubo incluso evacuados», recordó.
«La contaminación que está entrando al Río de la Plata es también porque no está dando abasto el filtrado de contaminantes que hace el bañado, debido a su actual condición», agregó la bióloga.
Roberto Garese, también integrante de ABC Rural, agregó que «los humedales purifican el agua, además las grandes oleadas que vienen por los arroyos, al llegar a los humedales, atenúan la velocidad, el proceso de erosión es disminuido y lentamente va saliendo hacia el mar. Debido a la contaminación esto se cumple a otra escala. Ahora los arroyos, sobre todo el Chacarita y Las Canteras están muy taponeados por la basura. Y está bastante obstruida la circulación de agua en tramos del arroyo Carrasco».
Al año sacan del bañado 2.000 toneladas de basura entre la Intendencia de Montevideo y la Brigada de Ingenieros, pero Garese considera que ese tipo de tareas deberían hacerse con más frecuencia.
Impacto.
Después de la canalización de la década de 1970 el ser humano siguió agrediendo a los humedales de Carrasco con sus actividades. Se trata de una zona muy urbanizada, «que no está formalizada porque es un área de muchos asentamientos. Hay escurrimiento de las cloacas y tenés la basura que es el desecho de los recicladores que van derecho a los distintos arroyos que convergen en la cuenca del arroyo Carrasco y repercute directamente en el bañado», explica Orcasberro.
La ONG ABC rural también ha visto la extracción de turba, que es esa tierra orgánica, muy rica en nutrientes, que se saca y es usada en viveros y «eso causa erosión de tal magnitud que la restauración no la vas a ver ni tú, ni yo, ni nuestros hijos. Esto se saca sin control», agregó.
Para sacar la turba se debe quemar, entonces hay una quema de flora nativa que se suma a la extracción que va dejando agujeros importantes.
También está la tala indiscriminada de monte nativo y una plantación muy grande de monte exótico, «entonces hay una sustitución muy importante del monte nativo y eso afecta el hábitat de muchas especies», indicó la bióloga.
Recuperación.
«Pese a la contaminación, hay algunos tramos, como el arroyo Toledo, que se mantiene bastante limpio, igual que en algunas zonas centrales del bañado, lo que a uno lo lleva a pensar y a esperanzarse de que es recuperable esa zona porque eso permite que exista cierta fauna: hay zorros, hay gatos monteses, lobitos de río, muchas nutrias», sostuvo Garese.
Sin embargo, el representante de la ONG aclaró que «para recuperarlo y que vuelva a su condición original es difícil. Tanto es así que esa es la razón por la cual el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) no lo ha incluido hasta ahora como un área protegida porque están cuestionando su restauración, dado el grado de alteración que tiene».
La bióloga explicó que los humedales de Carrasco «aún mantienen pequeñas zonas de lo que eran los bañados originalmente. Para restaurar un ecosistema debemos partir de esas zonas que pueden ser replicables. Entonces hay que proteger esas áreas».
En 2013 la organización no gubernamental se presentó ante el Ministerio de Defensa, de quien dependen los bañados, para solicitar permiso para aplicar soluciones que permitan recuperar partes del bañado, pero sus representantes aseguran que hasta ahora no han recibido respuesta.
ABC Rural sugiere delimitar el área de extracción de turba, protegiendo la zona que aún se conserva de lo que eran los bañados originalmente, y que la extracción de madera sea solo de la exótica y no de la nativa.
Reducen el cambio climático
Los humedales reducen significativamente los impactos negativos del calentamiento global en todos los continentes, según expertos de distintas partes del mundo. La Convención sobre los Humedales (Ramsar) escogió como lema «Cuidar los humedales, una respuesta al cambio climático». Se trata de un tratado intergubernamental por el cual los países miembros (159) se comprometen a mantener las características ecológicas de sus humedales de mayor valor.
Ayudan a purificar el agua.
Debido a sus características, los humedales tienen la cualidad de purificar el agua, en especial de la presencia de agroquímicos. Determinadas especies de plantas de los humedales eliminan metales pesados y otros productos tóxicos.
Por ejemplo, los pantanos de cipreses de Florida en los Estados Unidos pueden eliminar el 98% del nitrógeno y el 97% del fósforo, impidiendo la contaminación de las aguas subterráneas, según la Convención de Ramsar.
Frenan las crecidas y las sequías.
Los distintos humedales que existen en el mundo también ayudan a regular el flujo hídrico en los ríos lo que contribuye a reducir las inundaciones y a amortiguar las sequías. «Los humedales, actuando como grandes esponjas y reservorios, pueden almacenar excedentes de agua en épocas de fuertes lluvias o de crecidas de los ríos, amortiguando las inundaciones aguas abajo y garantizando un flujo continuo de agua a lo largo del año», según explica el Plan Ceibal en su web.
Hábitat de plantas y animales
Los humedales «son criaderos naturales de peces y lugares insustituibles para la vida de la diversidad biológica local», explica el Plan Ceibal en su web. La bióloga Giannina Orcasberro de la organización no gubernamental Asociación Bañados de Carrasco (ABC) Rural afirma que los bañados suministran el agua y el espacio para las especies de fauna y flora.
Pese a la contaminación, en los humedales de Carrasco todavía hay zorros, gatos monteses, lobitos de río y nutrias.
La realidad.
Las fotos de los humedales de Carrasco fueron tomadas por la organización no gubernamental ABC Carrasco, preocupada por la situación ambiental en la que están los bañados. En ellas se puede ver la basura que hay en el lugar. El arroyo Chacarita y Las Canteras «están muy taponeados por basura». También hay tala indiscriminada de monte nativo y plantación de árboles exóticos, lo cual cambia el hábitat de los humedales. Tampoco existe ningún control sobre la extracción de turba o tierra orgánica que se realiza en la zona.