La Agencia de Protección Medioambiental de Suecia, confirmó que el país se verá obligado a comprar basura y adquirirá en principio unas 800.000 toneladas en sus vecinos nórdicos a fin de mantener en funcionamiento debido las plantas de generación a partir de residuos que han instalado en distintas áreas de la nación.
El problema del reciclaje se ha hecho más complejo para los suecos, ya que cada ciudadano de ese país produce media tonelada de residuos al año, mientras que los demás europeos producen un promedio de seis toneladas por persona y por año.
“Tenemos más capacidad, que producción de basura utilizable para su incineración”, declaró Catarina Ostlund, de la agencia oficial en Estocolmo.
Suecia ha logrado incinerar para producir energía destinada a calefacción y electricidad la casi totalidad de su producción de basura, basándose –según afirman- en vastos programas educativos de la población: actualmente el reciclaje forma parte de la misma rutina de los vecinos ya que de todos los desperdicios que generan lo hogares en Suecia, solamente el 4% va a parar a los vertederos. El 96% está reciclado de antemano por cada sueco, que evita “contaminar la basura”.
En principio será Noruega el país que ayuda a Suecia, enviándole basura: los suecos además de pagar, devolverán a los noruegos los contaminantes metales pesados producto de la incineración.
Según informa el sitio sueco Aneki, Suecia continúa encabezando el índice mundial de reciclaje en el planeta, junto a Suiza, Austria, Alemania, Noruega y Holanda.
Incineradoras “amenazan” reciclaje en Europa
Según informa Gaia Internacional, la capacidad de procesamiento de las plantas incineradoras que se están instalando en Europa, supera ya la producción de basura de los vecinos y algunos países apuntan a copiar el modelo de Suecia, comprando residuos para evitar que la capacidad ociosa de las incineradoras, afecte el negocio. Ello podría poner en peligro el reciclaje de residuos, en tanto habría prioridad económica para quemar antes que para reciclar.
Además de Suecia, Alemania, Dinamarca, los Países Bajos y el Reino Unidos, tienen exceso de capacidad de incineración: actualmente el 22% de los residuos producidos en el continente europeo se quema para producir energía. La “escasez” obligaría a transportar basura internacionalmente, lo que contradice los principios de cercanía para el procesamiento y acarrearía más quema de combustibles fósiles para dicho transporte.