La planta de la familia Macri tiene el permiso vencido pero sigue operando con el aval municipal
Jeringas tiradas en el piso. Ratas gigantes. Olor insoportable. Y ruido de máquinas que procesan basura hasta la madrugada. Estas son algunas de las denuncias que hacen los vecinos por la planta de procesamiento de residuos hospitalarios ubicada en la Ruta 5 vieja, en avenida Dr. Pouey y camino vecinal, en el kilómetro 23.500. La misma está pegada a una planta de OSE para el tratamiento de aguas residuales, que desemboca en el arroyo Las Piedras. Se trata de Eco Tecno, una firma perteneciente al Grupo Macri, de la familia del presidente argentino, Mauricio Macri.
«Desde que está la planta está lleno de ratas gigantes. Tienen las chapas rotas y entonces se le meten los perros que llevan la mugre para todos lados. A veces aparecen jeringas tiradas en el frente de las casas. Además siempre hay olor, porque viven quemando basura. Y las máquinas funcionan hasta la madrugada. Acá no se puede dormir», dijo María, una de las vecinas de la zona, que tiene hijos de 12, 9, 8 y 6 años.
Al ser fácil el acceso a la planta, otro vecino, Eduardo, dijo que hay niños de la zona que entran al predio «como un juego, lo que es un peligro». También advirtió sobre «el insoportable olor y el ruido de las máquinas que están prendidas hasta las cinco de la mañana».
Un empleado de Eco Tecno, que también vive por la zona, dijo a El País que «es un asco como está todo ahí». El vecino, que no quiso ser identificado, señaló que «aparecen jeringas y de todo un poco, no existe ningún cuidado de nada».
«Llevan las bolsas de residuos hospitalarios al fondo, no hay nada habilitado pero ellos están trabajando igual», agregó.
«Lo que dicen los vecinos es todo mentira, porque estas personas viven en la basura. No entiendo que digan que hay olor, porque esta gente se dedica a juntar basura», dijo a El País el representante de Eco Tecno, Ariel Lezaeta.
Lo cierto es que frente a la planta hay viviendas precarias, con techos de chapa, algunas de ellas ocupadas por recicladores. Mientras que a unos cien metros de allí, pegado a la planta de OSE, hay construcciones de material. El País habló con vecinos de ambos lugares, y todos coincidieron en sus críticas contra la empresa.
Consultado por las jeringas fuera de la planta, Lezaeta dijo: «Esas cosas no son nuestras». Además, sostuvo que las firmas competidoras a Eco Tecno están haciendo una campaña contra esta por haber ganado licitaciones en hospitales, y por ofrecer precios más baratos.
Denuncias.
La Intendencia de Canelones le otorgó a Eco Tecno un permiso de viabilidad en octubre 2012. Luego de esto la empresa fue denunciada por sus competidoras en Uruguay, Trenal S.A. y Aborgama-Ducelit S.A., ante la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, por funcionar con «precios predatorios».
En 2013 la comuna decidió revocar el permiso, lo que llevó a la firma a presentar un recurso de amparo ante la Justicia. En medio de este proceso Eco Tecno comenzó a tramitar ante el Ministerio de Vivienda una habilitación para duplicar la producción diaria: de 2.400 kilos querían pasar a 5.000.
En octubre de 2015 la Intendencia decidió otorgarle un nuevo permiso por un año, siempre y cuando aceptaran mudarse a otro predio. En mayo de 2016, en tanto, el Ministerio aceptó que dupliquen su producción.
El plazo dado por la Intendencia se venció en octubre pero la empresa no se mudó. Así que en noviembre sus competidoras presentaron dos denuncias, una ante la comuna canaria y otra ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) denunciando que Eco Tecno funciona sin los permisos municipales. La firma de los Macri pidió entonces una nueva prórroga con la promesa de mudarse antes de que pasara un nuevo año.
Sin embargo, esta fue denegada. Según expresó el director general de Gestión Ambiental de la Intendencia de Canelones, Sergio Ashfield, ante la Junta Departamental el pasado 7 de octubre, la negativa se debe a que «hoy no están las condiciones para otorgarle a la empresa una nueva prórroga».
Ashfield dijo que esta decisión se tomó porque de acuerdo a los trámites que tiene pendientes la empresa, «no sería posible que diera comienzo a la actividad en el nuevo padrón en el plazo de un año». Y porque la Intendencia tiene pensado un «proceso de recuperación ambiental» en ese predio.
Aunque el permiso de la empresa para operar esté vencido, El País accedió a la copia de una carta enviada por el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, al secretario general de la IMM, Fernando Nopistch, en la que le pide que siga recibiendo la basura procesada de la empresa Eco Tecno y explica que se está trabajando para «el cierre definitivo» de la planta.o Tecno, Grupo Macri, Mauricio Macri, residuos hospitalarios
«Hacemos ahorrar millones a ASSE»
Las dos principales competidoras de Eco Tecno, las uruguayas Trenal S.A. y Aborgama-Ducelit S.A., presentaron en junio pasado ante la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) denuncias contra Eco Tecno por «severas irregularidades» que «ponen en riesgo la salud pública».
Eco Tecno trabaja para unos 200 centros de salud de ASSE, que cuentan con 900 unidades ejecutoras entre hospitales y policlínicas.
El responsable de la firma en Uruguay, Ariel Lezaeta, dijo a El País que sus competidoras lo atacan porque «quieren seguir cobrándole al Estado precios absurdos» y que con Eco Tecno la administración pública «logró bajar los gastos en millones de dólares».
Según las cifras presentadas por Lezaeta, ASSE pagaba 10 millones de pesos más IVA por el tratamiento de residuos hospitalarios por mes, y con la entrada de la firma de los Macri se bajaron estos costos a 6,4 millones más IVA.
«Estos son dos millones de dólares anuales. Creo que esto es lo que explica todas las denuncias infundadas. Hace treinta años que estaban solos en Uruguay y entonces cobraban lo que querían», precisó.
Eco Tecno también tiene una denuncia por «precios predatorios» ante la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia por parte de sus rivales, que advirtieron en un escrito presentado allí que la empresa argentina «claramente no cubre los costos mínimos para realizar su trabajo».
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